2º Viernes con Misericordia (26 febrero): CONSOLAR AL TRISTE

2ºConsolarNos acercamos a todas las personas de nuestro entorno que pasan por momentos de dolor y tristeza por las diversas circunstancias que viven.

Esta obra de misericordia nos orienta para ejercitar nuestra capacidad de vibrar y compadecerse con la tristeza de los demás, y actuar. En un ambiente cultural donde se percibe cada día el egocentrismo y el egoísmo como caminos para sobrevivir, consolar al triste, como el resto de las obras de misericordia, es una oportunidad para poner el amor más en las obras que en las palabras.

TESTIMONIO: Inés piensa que su hermana ha obrado mal con su familia y ha tenido un enfrentamiento con ella. La relación se ha roto. Creía que si le decía todo lo que le había dolido, se iba a encontrar a gusto, pero desde entonces se encuentra mal; está incómoda y triste porque cada día que pasa, las cosas van peor. Su hermana no le habla. Ella está arrepentida. Nunca pensó que pudieran llegar a esto. No tiene consuelo.

Una buena amiga la ve tan hundida que la escucha, es su paño de lágrimas, le ayuda a reflexionar sobre lo ocurrido y buscan la manera de que haya un acercamiento.

PALABRA DE DIOS (Lectura pausada del texto, breve silencio, reflexión personal, comunicación en grupo…)

Bienaventurados los que lloran, porque ellos serán consolados”. (Mateo 5,5) Consolad, consolad a mi pueblo, dice vuestro Dios”. (Isaías 40,1) “Fue a una ciudad llamada Naín. Iban con Él sus discípulos y mucha gente. Al acercarse a la puerta de la ciudad, he aquí que llevaban a enterrar un muerto, hijo único de una madre, la cual era viuda, y la acompañaba una considerable multitud de la ciudad. Al verla el Señor se apiadó de ella, y le dijo “No llores”. Luego, acercándose, tocó el féretro; los porteadores se detuvieron y dijo: “Joven, yo te lo mando: Levántate”. El muerto se sentó y comenzó a hablar, y se lo entregó a su madre”. Lc. 7, 11-15

PAPA FRANCISCO: “En este Jubileo la Iglesia está llamada a curar aún más las heridas, a aliviarlas con el óleo de la consolación… Abramos nuestros ojos para mirar las miserias del mundo, las heridas de tantos hermanos y hermanas privados de la dignidad, y sintámonos provocados a escuchar su grito de auxilio…” “No podemos escapar de las palabras del Señor y en base a ellas seremos juzgados: si dimos de comer al hambriento… Si fuimos capaces de ser cercanos a quien estaba solo y afligido…” “Este año Santo lleva consigo la riqueza de la misión de Jesús que resuena en las palabras del Profeta: llevar una palabra y un gesto de consolación a los pobres…”.

Muchas situaciones requieren nuestro testimonio consolador… Hoy hay necesidad de personas que sean testimonio de la misericordia y ternura del Señor… Pero no podemos ser mensajeros de la consolación, si no experimentamos nosotros mismos la alegría de ser amados y consolados por Él. ¡Por favor, déjense consolar por el Señor!…  

Todos estamos llamados a consolar a nuestros hermanos, testimoniando que sólo Dios puede eliminar las causas de los dramas existenciales y espirituales… para preparar con empeño el camino del Señor”. (Homilía 1er Domingo de Adviento, 2014).

PLEGARIA

Señor, dame palabras para consolar

al hermano en dificultades.

Señor, tú has sido bueno conmigo

y me has consolado cuando lo he necesitado.

Cuando me encontraba en problemas

estuviste a mi lado ayudándome.

Ayúdame Señor,

para que cuando otros estén en dificultades pueda yo también consolarles.

Muéstrame Señor,

cómo ayudar a los que sufren,

dame palabras de consuelo

de aliento y de fortaleza para ellos.

Si puedo consolar a mi hermano,

dime cómo hacerlo Señor

Gracias por ser el Padre de todo consuelo.

COMPROMISO: Ayunamos de falta de atención y escucha a las personas que están tristes, sin ilusión, desanimadas. Nos comprometemos a realizar esta obra de misericordia abriendo nuestro corazón a todos los que necesitan de nuestra atención y de consuelo en su sufrimiento.

Ayunamos este día y decidimos, personalmente o como grupo, a quién hacemos llegar el ahorro en alimentos que supone nuestro ayuno. Os invitamos a que lo hagáis a Cáritas, Manos Unidas y/o Pastoral Penitenciaria. Todas son cauces de la Iglesia Diocesana que promueven acciones solidarias relacionadas con los derechos sociales básicos que aquí contemplamos.

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